Leo en los diarios que Fernando Peña filmó toda su lucha contra el cáncer, y que la película sera presentada a beneficio tras el triste desenlace de su muerte.
Para todos aquellos vinculados con la edición, producción y exhibición del material filmado, tengo solo dos palabras: Farrah Fawcett.
La rubia platinada, ex Angel de Charlie, ex esposa del Hombre nuclear, se encuentra en una batalla contra el cáncer anal extendido a su hígado y según las ultimas noticias, ha suspendido todo tratamiento.
La estrella de ahora 62 años, filmo durante meses su padecimiento, sus viajes a otros países en busca de medicina alternativa, la perdida de su cabello (y si existe alguien para quien su cabello es parte de su identidad, es Farrah) sus buenos días, y sus malos días.
El documental se titulo Farrah’s Story (La Historia de Farrah) y se transmitió en mayo con una audiencia de aproximadamente 9 millones de espectadores en su primera emisión (luego se repitió en otros canales).
La critica fue feroz, el New York Times fue despiadado con Ryan O’Neill, compañero de años de Fawcett que aprovecho el documental para hablar de sus películas, la manipulación de las imágenes y la forma en que se transmitió su lucha contra el cáncer.
Para Fawcett, el objetivo principal era mostrar la verdad sobre el cáncery los problemas (burocráticos y de los otros) que enfrentar los enfermos. Cuenta su amiga a cargo de la filmación que una tarde en que la actriz vomitaba sin parar, apago la filmadora por pudor, pero Fawcett le reclamo que la encienda “esto es el cáncer” y nunca mas se dejo de filmar.
En la ultima escena se ve a Fawcett postrada en la cama, incapaz de reconocer a su hijo (que se encuentra preso por posesión de drogas, pero con permiso de la corte la pudo visitar por unas horas) a quien le sacan las esposas (pero no los grilletes) para que ella no se entere de que esta en la cárcel.
La promocionada segunda parte del documental fue cancelada tras las criticas, pero no todo esta dicho. En la era en que la tecnología no tiene fronteras y todo es posible, solo resta el sentido común. Es de esperar que las personas a cargo de las ediciones de este tan sensible material tengan en cuenta el objetivo de la filmación, el respeto hacia los enfermos y ofrezcan un sensible homenaje a aquellos que quieren compartir, no solo sus momentos de fama pero sus oscuras batallas en la guerra contra esta terrible enfermedad.
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